Cuando se encuentra con su alumno por primera vez, es importante centrarse primero y establecer el emparejamiento. Es a través del emparejamiento que podemos establecer y mantener el control de instrucción. El control de la instrucción significa que usted y el alumno tienen una relación de trabajo positiva en la que el alumno está motivado para seguir su ejemplo. Si desea enseñar a su alumno una habilidad de autoayuda, una habilidad de comunicación o ganar la cooperación de su alumno en cualquier cosa, ¡obtener y mantener el control de la instrucción es la mejor manera de hacerlo! Los terapeutas y profesionales de ABA no solo pueden obtener el control de la instrucción del alumno, sino que los padres o tutores del alumno también pueden obtenerlo. Cuando se trata del control de instrucción, es importante recordar implementar continuamente los pasos cada vez para mantener una relación de trabajo positiva entre usted y el individuo. Estos son los 7 pasos para obtener y mantener el control de la instrucción:
Ser proactivo es clave para este paso. En este paso, organizamos nuestro espacio y reunimos todos los elementos y actividades preferidos del alumno. Ayuda a mantener estos artículos organizados y almacenados en un lugar donde el alumno no tendrá acceso libre todo el tiempo. Por ejemplo, esta ubicación puede ser un estante alto al que SOLO USTED pueda llegar o un armario al que SOLO USTED pueda entrar. Cuando almacene estos artículos, asegúrese de informar y dejar que su alumno vea dónde se encuentran. De esta manera, si el alumno quiere acceder a sus elementos o actividades preferidos, el alumno deberá dirigirse a usted primero para tener ese acceso. Ser proactivo en este paso ayuda a facilitar el emparejamiento. Cuando llegué a la casa de mi alumno, tenía una bolsa de frijoles de juguete en mi bolsa BT y cuando los saqué, captó el interés de mi alumno. Debido a que yo era el único que podía proporcionar acceso a esa bolsa de frijoles de juguete, demostré que tenía el control de ese artículo y que solo yo podía proporcionar ese acceso. Si bien una bolsa de frijoles de juguete de plástico falsos puede no considerarse nada, es lo que el alumno y yo hicimos con ellos lo que hizo que el paso 2 fuera exitoso.
Aquí es donde el emparejamiento comienza a entrar en juego. Queremos mostrarle al alumno que sus artículos y actividades favoritos pueden ser aún más divertidos cuando nos unimos. Esto ayuda a brindar una mejor oportunidad para que el alumno quiera interactuar con nosotros y ganar su cooperación para seguir nuestras instrucciones. Lo que es más importante para los padres, este paso ayuda a crear experiencias de vínculo positivas entre usted y su individuo.
Un buen consejo es tener en cuenta que cuando esté emparejado, observe a qué tono responde más positivamente su alumno cuando interactúa y lo elogie. ¿Su alumno responde mejor a una voz animada y juguetona, como, “¡Eso es increíble! ¡¡Lo hiciste!!” O bien, ¿su alumno responde mejor a un tono tranquilo cuando lo elogian, como “Eso es maravilloso. Eres increíble en esto. Según el tono al que su alumno responda de manera más positiva, utilice ese tono durante sus interacciones y elogios.
Pensando en mi joven estudiante cuando saqué mi bolsa de frijoles de juguete, recuerdo dejar que mi estudiante explorara algunos de ellos. Cuando noté que mi joven aprendiz comenzó a mover un frijol de un lado a otro en el aire como si estuviera volando, inmediatamente me aferré a la idea de jugar a los superhéroes con los frijoles. Fue entonces cuando mi voz juguetona, aguda y entusiasta entró y dijo: “¡Guau! Un superheroé. ¡Quiero unirme!” Después de decir eso, recogí mi propio frijol, comencé a volarlo y a hacer ruidos animados. ¡Trabajado como un encanto! Mi joven aprendiz tenía la sonrisa más grande, se reía y comenzó a copiar lo que estaba haciendo. Continuamos combinándolos con otros elementos y actividades y mantuvimos continuamente esa divertida energía positiva durante toda la sesión. Cuando regresé para la sesión al día siguiente, mi alumno estaba junto a la puerta con la sonrisa más grande y le dijo a su padre: “¡El maestro está aquí!”
Debido a que le mostré a mi alumno que era divertido y aún mantenía el control del acceso a los elementos y actividades preferidos, pude emparejarme con éxito. Sin embargo, el emparejamiento no es algo de una sola vez. Cada vez que me reunía con mi alumno, todavía necesitaba emparejarme continuamente para mantener el control de la instrucción.
Esto significa que para cualquier instrucción que le dé a su alumno, es muy importante que usted y el alumno sigan esa instrucción. Esto incluye utilizar avisos para completar la tarea cuando los avisos son necesarios. Por ejemplo, si ha dado una instrucción como “Primero siéntese, luego coma un refrigerio”, siga esa instrucción y SOLAMENTE esa instrucción. Una vez que el alumno haya completado la instrucción que le proporcionó, puede cumplir su promesa de acceso a ese reforzador. Es importante tener en cuenta que no debe proporcionar acceso a ese reforzador antes de completar la instrucción. Si proporciona el reforzador sin completar la instrucción, le da al alumno la idea de que cualquier instrucción que proporcione no necesita completarse y no importará porque el reforzador se proporcionará de cualquier manera. Queremos demostrar lo contrario diciendo lo que queremos decir y queriendo decir lo que decimos. Esto lleva al paso 4 de que seguir nuestra dirección es la forma más rápida de ganar el reforzador.
En otras palabras, queremos demostrar que completar nuestra instrucción es la mejor y más rápida forma de obtener lo que quieren. En las primeras etapas de obtener el control de la instrucción, comience con instrucciones pequeñas y fáciles y luego avance. Es importante comenzar con demandas simples y fáciles una a la vez y luego reforzar la finalización de esas demandas para demostrarle al alumno cuál será la expectativa cuando siga sus instrucciones. Esto incluye si utilizó indicaciones para ayudar al alumno a completar la instrucción.
Con mi joven estudiante, por ejemplo, estábamos trabajando en habilidades de comunicación cuando mi estudiante señaló un rompecabezas que tenía a mi lado. Todavía manteniendo mi energía lúdica y divertida, respondí: “¡Oh! ¡Tu quieres esto! Primero usemos nuestras palabras, luego acertemos”. Dado que mi joven alumno estaba comenzando a aprender cómo comunicar sus solicitudes, ayudé a mi alumno a través del proceso de decir: “Quiero resolver” cada palabra a la vez. Al completar la solicitud con esa ayuda, le dije a mi alumno: “¡Buen trabajo usando tus palabras! ¡Ahora tienes un rompecabezas! Luego procedimos a jugar con el rompecabezas, manteniendo la energía divertida, y continuamos practicando la solicitud del rompecabezas. Si bien mi joven estudiante requirió indicaciones para completar la solicitud, brindé refuerzo a mi joven estudiante por seguir mis instrucciones.
Cuando su alumno haya completado una instrucción, incluso si se esperaba de él / ella, refuerce al alumno por completar cada instrucción realizada. Esto es especialmente importante en las primeras etapas de obtener el control de la instrucción con su alumno. Por ejemplo, si instruyó a su alumno a “Ven aquí”, “Quítate los zapatos” o “Sentémonos”, entonces combina constantemente cada respuesta positiva que tu alumno dio con refuerzo. Una vez que su alumno esté dispuesto y sea capaz de seguir constantemente sus instrucciones, puede proporcionar refuerzo en un horario variable.
Con mi joven alumno, por ejemplo, cuando comencé la sesión, le di instrucciones fáciles y sencillas mezcladas con juegos como “Vamos aquí”, “Saltamos”, “Elige una” y combiné cada respuesta positiva que hizo mi alumno. con un gran elogio, como “¡Excelente escucha!”, “¡Eres una estrella de Rock!” y “¡Buena elección!” Incluso combiné algunas de mis respuestas con chocar los cinco y hacer cosquillas, lo que mi alumno disfrutó.
A medida que avanzaba la sesión, aumentaba el número de instrucciones y entregaba el reforzador en un programa de proporción variable. Por ejemplo, yo haría lo siguiente:
A lo largo del programa de refuerzo de razón variable, sigo siendo juguetón y tonto cuando presento las instrucciones, juego con el reforzador y juego con mi alumno.
Siempre observe lo que su alumno quiere en el momento y mantenga una lista de esos nuevos intereses, para que su alumno no se canse de los mismos. Con mi joven aprendiz, por ejemplo, en un momento todo se trataba de los caballos y al momento siguiente se trataba de los dinosaurios. Al día siguiente de sesión, todo se trató de superhéroes. Con otro de mis jóvenes alumnos, disfrutó jugando con Legos, pero se fue a la puerta del patio trasero durante la sesión. En ese caso, supe que el reforzador había pasado de jugar con Legos a querer jugar en el patio trasero.
Al tener en cuenta el interés de su alumno en los reforzadores, también debe tener en cuenta sus prioridades para su alumno. Esto significa priorizar sus objetivos, como emparejarse primero con su alumno o enfocarse en una habilidad. Debe priorizar lo que sería beneficioso tanto para usted como para su alumno.
Esto significa que cuando su alumno elige ignorar su instrucción o elige participar en comportamientos inapropiados, no tendrá acceso al reforzador elegido y a cualquier refuerzo externo. Mientras retiene el acceso, también debe implementar la extinción, lo que significa que USTED no proporcionará ninguna respuesta a su comportamiento inapropiado, que incluye lo siguiente:
Mientras implementa la extinción, se involucrará con el reforzador solo o con otros para redirigir y presentar al alumno lo que podría ganar potencialmente. Si su alumno elige un reforzador diferente, puede reconocerlo diciendo: “Podemos hacer eso. Primero luego __.” Entonces, la prioridad son los pasos 3 y 4: Muéstrele al alumno que puede confiar en usted y que seguir sus instrucciones los beneficia para volver a la diversión.
Con mi joven aprendiz, por ejemplo, noté que dejaron algunos juguetes de caballos en el suelo. Mi alumno solicitó acertijos y respondí: “¡Esa es una gran idea! ¡Primero guardemos los caballos, luego acertemos! Mi alumno gritó “No”, a lo que respondí: “Está bien, jugaré con el rompecabezas hasta que estés listo”. Una vez que dije eso, mi alumno corrió hacia su pizarra blanca y marcadores, a lo que seguí con calma, coloqué mi mano sobre los marcadores y dije: “¡Oh, dibujar suena divertido! ¡Podemos hacerlo! Primero guardemos sus caballos, luego podemos dibujar. Mi alumno miró entre los juguetes de caballo y yo, fue a los juguetes de caballo, los recogió y los puso en la caja de juguetes que estaba cerca. Sobre las acciones de limpieza de mi alumno, respondí: “¡Limpieza increíble! ¿Todavía quieres dibujar o jugar a los rompecabezas? Mi alumno seleccionó el dibujo y respondí con entusiasmo: “¡Hagámoslo! ¡Vamos a dibujar!” y los dos corrimos juntos a la pizarra blanca para dibujar.
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